El esfuerzo y la originalidad de los españoles al hacer sus regalos de Navidad no siempre son suficientes para satisfacer a los amigos y familiares más cercanos. Como confirma el IV Estudio sobre Compras en Navidad en España realizado por el portal PriceMinister.es, tan solo un 21% de los encuestados se declara completamente satisfecho con los regalos que recibieron en Navidad, frente al 24% registrado en la anterior campaña.
La satisfacción de los españoles en sus regalos viene dada en su gran mayoría por productos tecnológicos, tanto es así, que un 55% de ellos agradece haber recibido cualquier tipo de artículo relacionado con la tecnología como consolas, ordenadores o mp4. La moda les sigue muy de cerca, ya que recibir ropa como regalo navideño convence a un 52,5% de los encuestados. Tras ésta se sitúan los obsequios como libros, con 31%, música con un 22% o videojuegos con un 17%.
Los españoles tienen claro qué quieren recibir, pero ¿cuáles son los regalos que han preferido comprar los españoles para hacer felices a sus más allegados? Según el estudio realizado por PriceMinister.es, más de la mitad de los encuestados, en concreto un 51%, ha elegido la ropa como regalo estrella. Los productos tecnológicos no quedan muy atrás, ya que un 46% declara que este tipo de artículos son un buen regalo para familiares y amigos.
A pesar de los esfuerzos por encontrar el regalo perfecto, no hay año en que los españoles no reciban al menos un regalo que no les satisfaga. Tras años de esconder estos regalos en el fondo de los armarios o en un cajón, cada vez más gente apuesta por sacarles provecho de una manera u otra. Una de las formas que más va calando entre los españoles es revender sus regalos por internet.
Tanto es así, que el 16% de los encuestados confiesa haber vendido algún regalo poco acertado por la red. La experiencia ha sido tan positiva para ellos, que la gran mayoría asegura que repetirá en el futuro.
La principal razón para vender los regalos vía on-line es la poca o nula utilidad que el agasajado le encontraba al objeto en cuestión. En otros casos, simplemente el regalo no les gustaba o era un artículo que tenían repetido, pero también hay quienes prefieren venderlos para poder conseguir un dinero extra.
Regalos con sentimiento
Sin embargo, no todos los regalos desafortunados acabarán en venta. A la hora de decidir si deshacerse de un artículo de esta manera, los españoles tienen muy en cuenta quién se lo ha regalado. Según los datos obtenidos por PriceMinister.es, si la persona que hace el obsequio es alguno de sus progenitores, un 72% de los españoles nunca lo revendería. En cambio, los encuestados no se lo piensan dos veces cuando el regalo se lo hace un amigo de su pareja, un compañero de trabajo o su suegra.
Al preguntarles cómo se sentirían si fueran sus regalos los que no gustaran y acabasen en la red, los encuestados se muestran bastante comprensivos con sus familiares y amigos. De hecho, un 30% de los consultados confiesa que no le importaría en absoluto que vendieran sus regalos por internet, mientras que el 21% es un poco más exigente y no se molestarían, siempre y cuando fuera para cambiarlo por otro similar con el dinero obtenido de la venta.
«No siempre nos pueden gustar los regalos que recibimos, pero parece que cada año nos esforzamos más en que nuestros familiares y amigos estén contentos con nuestras compras. Aquellos regalos que no nos gustan o que no necesitamos siempre podemos revenderlos por internet de forma fácil, lo que nos permitirá tener un ingreso extra y que nos ayude en la cuesta de enero«, aseguró Pierre Kosciusko-Morizet, cofundador y presidente de PriceMinister.es.
«Por este motivo, por estas fechas notamos una subida en nuestras visitas y una mayor interacción en nuestra página. La reventa de regalos es un fenómeno que cada vez se extiende más entre los ciudadanos españoles. La difícil situación económica ha hecho que muchos de los encuestados hayan decidido hacer sus compras de los regalos en internet y hacer la reventa de aquellos que no les gustaban o no encontraban utilidad«, concluyó Kosciusko-Morizet.
