¿Tiene futuro el mercado de las tarjetas dedicadas?

grafica_dedicadaCon el lanzamiento de la plataforma  Intel Ivy Brigde, algunos se han aventurado a pronosticar que el mercado de la tarjetas dedicadas está muerto. Más allá de la veracidad o no de esta afirmación, queremos ver si realmente el aumento de rendimiento de las tarjetas integradas encabezado por Intel y AMD, está afectando a las dedicadas, un mundo dominado por NVIDIA y AMD.

Para poder ponernos en contexto en necesario entender la diferencia entre ambas modalidades de tarjetas gráficas. Aunque las integradas -incluidas en la CPU del ordenador- siguen siendo muchos menos potentes que las dedicadas -separadas y conectadas a través de un puerto PCI-E-, en los últimos tiempos estas primeras han ido ganando terreno.

Con este panorama, muchos consumidores consideran que no es necesario comprar una gráfica adicional y las tarjetas dedicadas se están convirtiendo en un mercado de nicho que se reparte entre aficionados a los videojuegos y usuarios que utilizan aplicaciones intensivas en cálculo 3D. Sin embargo, todavía hay razones para creer que este mercado no está muerto.

Para usuarios avanzados, las tarjetas gráficas dedicadas son una alternativa más o menos económica -por 80 euros es posible conseguir un modelo más que digno- para conseguir sacar el máximo rendimiento a un equipo sobremesa.

Además, el sector sigue confiando en el empujón de los fabricantes. Como sucede en otros segmentos, el verdadero negocio de los productores de ordenadores llega de los extras en forma de RAM, disco duro o gráficas. De ahí que la oferta de Intel y AMD en integradas siempre estará un paso por detrás respecto a las dedicadas. Y todo porque a los fabricantes les sigue saliendo rentable en margen de ventas.

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Sin embargo, no todo invita al optimismo. Está claro que la principal ventaja de las gráficas integradas viene precisamente de esta característica; que se venden dentro del PC lo que las hacen más baratas y útiles para la mayoría de usuarios. Además, estas soluciones apenas requieren espacio y no tienen problemas de temperatura, algo muy importante para equipos de sobremesa compactos y todo en uno. Por supuesto, la reducción de fallos de compatibilidad de las integradas tampoco ayuda a las dedicadas.

Viendo los pros y los contras de las tarjetas gráficas dedicadas, quizás su futuro pasa por incluirse dentro del mundo integrado. De hecho, la industria del juego comenzó a hacerlo hace 6 años con la Xbox 360 de Microsoft y la PlayStation 3 de Sony y los títulos triple A.

De hecho, muchos de los títulos lanzados para estas consolas han sido adaptados para PC. El ejemplo lo vemos en Call of Duty: Modern Warfare 3 que llegó en su versión para ordenador sin la opción campo de visión para poder adaptarse a las especificaciones de las gráficas integradas. Multitud de juegos que llegan para PC se quedan en ports y no aprovechan el potencial de las GPU dedicadas presentes en muchos equipos de sobremesa.

Conclusión

El futuro de las tarjetas dedicadas está muy ligado a la evolución de las tarjetas integradas en la industria del videojuego. Pese a que Intel y AMD han hecho una gran apuesta para dar el máximo rendimiento, todavía no llegan al a altura de las dedicadas.

Sin embargo, los desarrolladores de videojuegos cada vez son más conscientes que sus limitaciones las ponen la gráfica integrada y lanzan productos adaptados que llega a cuantos más ordenadores, mejor. Una cuestión que no viene demasiado bien a las dedicadas pero que siguen resistiendo por el empuje de los heavy users.

Así, podemos concluir que las tarjetas dedicadas no están muertas pero si se están convirtiendo en un mundo cada vez más de nicho donde los usuarios exigen y pagan. Y como ya decíamos antes y pasa en el mundo de los coches, los extras son realmente donde podemos sacar un margen de venta interesante. ¿Lo desperdiciamos o lo potenciamos?

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Coordinadora editorial de MuyCanal. Danzando día a día entre partners, mayoristas y fabricantes para profundizar en el canal de distribución tecnológico.