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Windows XP, Google Chrome y el soporte que termina

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Según cuentan en Naked Security, Google ha decidido continuar dando soporte a su navegador web Chrome en Windows XP hasta abril de 2015, es decir, hasta un año después de que Microsoft haya terminado de una vez por todas con el soporte del longevo sistema operativo.

¿Es el anuncio de Google una buena noticia o es una estrategia peligrosa de cara al usuario?, se plantean en la publicación citada. Y es que son varios los factores a considerar, y ninguno pinta bien.

Windows XP, lanzado en 2001, mantiene todavía una importante base de usuarios alrededor del mundo. Un 21% de cuota de mercado, que la compañía espera que se reduzca al 13% antes del 8 de abril de 2014, día señalado finalizar con el soporte del sistema.

Expertos en seguridad informática llevan manifestándose al respecto desde hace un tiempo, con una conclusión obvia, pero no por ello menos negativa: la muerte de Windows XP será un chollo para el cibercrimen. La razón, evidentemente, es que esa «muerte» del soporte no significará un fin real del uso del sistema.

En esencia, los usuarios que continúen utilizando Windows XP pasada la fecha de marras estarán expuestos a las vulnerabilidades más tremendas, no de un componente del sistema, sino del sistema en sí. ¿Beneficia, pues, que Google siga apoyando a su navegador en semejantes circunstancias? En un principio, el navegador web es una de las piezas más susceptibles del sistema por su intrínseca relación con Internet…, pero difícilmente una tirita puede detener una hemorragia.

Así, la recomendación no es otra que desechar a Windows XP cuanto antes, sin importar los motivos por los que todavía se mantiene en uso. Entre otros:

  • Compatibilidad con las aplicaciones más usadas por los particulares.
  • Tiempo necesario para actualizar el sistema o precio a pagar para que lo haga un técnico.
  • Esfuerzo y tiempo necesario para el aprendizaje del nuevo sistema operativo.
  • Miedo a una posible pérdida de productividad del usuario.
  • Dificultades y problemas para volver a acondicionar el sistema para el usuario habitual.

Lamentablemente, las anteriores no son más que excusas de quien no entiende cómo funciona el mundo del software y, en cualquier caso, antes de seis meses la elección debería estar hecha: ¿pesan más las razones para no cambiar o la seguridad de la infraestructura informática?

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