Mucho se habla de la vorágine de datos, de la necesidad de administrar esta información y sacar todo el jugo de la misma. Sin embargo, ¿Realmente en qué situación está el Big Data? ¿Qué se está haciendo en el mercado respecto a esta tendencia? ¿Se traduce la curiosidad en números?
El concepto Big Data engloba tanta realidades que es complicado ponerle límites y saber dónde empieza y acaba. Aún así, más allá del ruido mediático de esta tendencia, lo cierto es que el mensaje poco a poco llega a oídos de los empresarios. Profesionales que comienzan a interesarse por esta nueva forma de gestionar datos. Pero solo a eso.
Según la evolución del mercado Big Data propuesta por Gartner, todavía tendremos que esperar unos años para que las expectativas se conviertan en negocios consolidados: entre 2 y 5 años para ver estructurados los datos en la ciencia o la analítica de contenidos, mientras que tendrán que pasar entre 5 y 10 para que Internet de las cosas, los wearables o la impresión 3D lleguen a la cima de las expectativas.
Con las previsiones en la mano, todo indica a que estamos en el inicio de la cresta. De hecho, los científicos consideran que entre el 50 y 80% del tiempo invertido en almacenamiento, todavía es dedicado a recolectar y preparar los datos. Muchas start-ups como ClearStory Data comienzan a automatizar estos procesos pero pocos van más allá.
Pero quizás es lógico que fabricantes y socios solo estén ofreciendo una alternativa de organización de los datos. Como primera etapa en la era Big Data, es normal comenzar por este primer estadio que todavía muchas compañías no tienen solventado con las medidas de seguridad y gestión necesarias.
Pese al bombo del Big Data, todavía la oferta y, sobre todo, la demanda es más bien escasa. Quizás más bien, las empresas y los socios están en una primera etapa de conocimiento, la antesala de la adopción y consolidación. ¿Será así?
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