La bajada de precios de las soluciones cloud son noticia cada mes. En la batalla por conseguir que la nube de Amazon, Google o Microsft sea la favorita de las empresas, el precio parece decisivo. Pero no es lo único. Las compañías quieren algo más que ahorrar. Necesitan tener seguros sus datos y accesibles además de tener la confianza de todo va a ir bien.
La evolución del cloud es imparable. Pocos son ya los proveedores y fabricantes de tecnología que no incluyan de una forma u otra soluciones cloud en su portfolio. Una oferta cada vez más amplia donde el precio baja y baja pero ¿la calidad? ¿el servicio? Jeff Kagan, analista independiente comenta este respecto:
«Estamos en un momento en el que el precio es solo un arma de marketing. Estamos viendo movimientos de precios y módelosde cloud en todos los competidores. Algunos como Google están más preocupados en ganar mercado que en el precio. Después con una base instalada de clientes, ya se preocuparán por el precio».
Aunque el cloud está entre las prioridades de gasto de los responsables de tecnología, todavía el desconocimiento frena muchas veces su implementación. El 45% de los CEOs no sabe diferenciar entre los diferentes tipo de nube mientras que otro 45% lo conoce vagamente. En el caso de los CIOs, su conocimiento es absoluto en el 91% de los casos.
¿Es el precio lo más importante?
Rotundamente no. Pese a que los proveedores cloud están totalmente enfocados en este punto, las empresas tienen claro que las soluciones cloud deben ser algo más que económicas.
Según un estudio de Penteo, para los responsables de tecnología lo más importante es la capacidad. Un 85% considera vital que la nube aporte un extra en las operaciones corporativas. Detrás, está la rapidez mientras que solo en tercer instancia se encuentra el coste. No obstante, son los CEOs, en muchos casos lo que toman la decisión final, a los que realmente les importa el coste por encima de la flexibilidad pero por debajo de agilidad.
Así pues, las empresas no solo quieren un precio asequible sino también ganar en productividad y flexibilidad para conseguir ser más eficientes y ágiles. Finalmente, intentar ser un negocio más competitivo sin perder de vista la seguridad del mismo ni la confianza en el proveedor.
