Si tenemos que hablar de una nube de éxito, esa es la pública. Los servicios de cloud público han calado no solo en las empresas sino también en los consumidores finales. Pocos son los internautas que no utilizan una herramienta, sobre todo SaaS, a diario. Y el negocio seguirá yendo a más con el impulso de fabricantes y proveedores.
Según los pronósticos de IDC, durante este año el negocio de cloud público llegará a los 56.600 millones de dólares. Una cifra que irá aumentando a un ritmo del 22,8% y superará los 127.000 millones de dólares para 2018. Para entonces, los servicios en la nube pública supondrán más de la mitad del gasto de software, servidores y almacenamiento juntos.
Durante estos cuatro años de recorrido, los servicios basados en software seguirán siendo los reyes. De momento, el 70% del cloud público está y estará basado en este tipo de aplicaciones. El 31% del uso será IaaS mientras que el PaaS seguirá siendo una asignatura pendiente que irá adquiriendo fuerza.
Cloud público, primer paso a la nube
Los servicios alojados en la nube pública suelen ser el primer contacto hacia la nube. Gmail o Dropbox son los ejemplos más cotidianos para comprender cómo son la primera puerta de entrada en el universo cloud. Sabiendo esta realidad, las empresas han comenzado a proveer servicios de cloud público para conseguir atraer a los más inexpertos.
Además, el cloud ha traído consigo una explosión de soluciones inexistente hace unos años. Prácticamente todas las marcas cuentan con un servicio cloud, ya sea pública, privada o híbrida, al que cada vez le dan más funcionalidades que aportan valor tanto para el cliente final como para el proveedor.
Y precisamente en este momento estamos. En un momento de explosión de soluciones donde los desarrolladores están comenzando a sacar partido a las virtudes del cloud. Justo ahora que el canal se incorpora a la era de los servicios donde la nube tiene mucho que aportar.
