Hablamos de las grandes cifras de Apple o de cómo se está ganando el mercado asiático pero no nos podemos olvidar de otros jugadores que están creciendo rápidamente. Es el caso de Xiaomi que siendo un fabricante mucho más local está consiguiendo hitos en un breve tiempo.
Mi Band es el nombre comercial de la pulsera inteligente de Xiaomi. Un dispositivo que ha conseguido vender en dos meses 100.000 unidades. Podríamos decir que no es demasiado viendo los índices de crecimiento de este mercado. Pero hemos de tener en cuenta que esta cifra habla solo en Taiwán.
El precio tiene mucho que ver con este triunfo. La pulsera inteligente en cuestión cuesta unos 11 euros. Un precio más que competitivo que unido a la creciente fama del fabricante hace que las previsiones de ventas de 500.000 unidades puedan ser incluso modestas.
Éxito que traspasa fronteras
Está claro que Xiaomi es todo un fenómeno en China. La marca ha conseguido agotar algunos de sus smartphones en tres minutos o triplicar sus ventas. Esta explosión le ha hecho entrar en el podium mundial de vendedores con un claro interés por ser una marca de bajo coste en las primeras posiciones.
No obstante, el efecto Xiaomi traspasa fronteras. En Europa, según un estudio de la OCU, los terminales de la casa ya son los mejor valorados por su fiabilidad y la satisfacción de los clientes. Un hecho que motiva su expansión comercial en esta zona.
Pero Xiaomi no quiere ser solo una empresa de smartphone. Como vemos el segmento de los wearables no se le da mal. Además, dispone ya de productos domésticos como un televisor, auriculares o un gestor de contenidos multimedia. La compañía no descarta tampoco la entrada en el mercado PC. Una estrategia que no tiene fin.
