Cuando todavía los modelos de pantallas y contenidos 4K son un nicho pequeño de negocio, ya se habla de 8K. Algunos prototipos de lo que sería ver con una resolución de 8.000 píxeles de resolución están en el aire pero no será hasta 2018 cuando despegue esta tecnología.
Fabricantes como LG ya está desarrollando soluciones en 8K mientras que Sharp ha presentado un prototipo. Además, tanto Windows 10 como lo último en equipos de Apple se preparan para esta super resolución. Un tímido inicio que podrá tener su gran desembarco dentro de tres años cuando se celebre el Mundial de fútbol en Rusia.
¿Es necesario el 8K?
Las ventajas del 8K frente al 4K es más que evidente. Se pasaría de 3.840 x 2.160 píxeles a 7.680 x 4.320 píxeles. Un aumento que redunda directamente en una calidad de imagen mayor que ya se utiliza en la industria cinematográfica pero que todavía no tiene ningún modelo en consumo.
Por el momento, se calcula que el 20% de las ventas de televisores LCD corresponderán a modelos 4K, la antecesora versión. Una resolución que si bien es perfecta para los grandes formatos y en entornos profesionales, todavía no es ni suficientemente económica ni demanda por el consumidor final. Aún así el negocio alcanzaría los 18.000 millones de dólares.
El 20% de los televisores serán 4K en 2015
Así, preguntarse si la llegada del 8K puede aportar más al mercado de las pantalla, es más que lógico. Aunque la innovación siempre aporta frescura a un mercado de por sí muy rápido, quizás sea más necesario centrarse en potenciar contenidos y modelos de la anterior versión.
Por el momento, como decíamos, los avances del 8K son tímidos y los problemas de los fabricantes de gráficas, muchos. Vigilaremos muy de cerca la maduración de esta resolución.
