Japón fue el primer país en hablar de la glocalización. Un término que mezcla lo global con lo local para dar lugar a un nuevo concepto cada vez más extendido en los negocios de éxito. Una característica esencial para ser un partner tecnológico de presente y futuro.
Es cierto que vivimos en un mundo globalizado. Podemos vivir en Madrid o Nueva York que veremos marcas muy similares en cualquier ámbito. Llevándonos el ejemplo a nuestro terreno, podremos comprar un iPhone o ver un anuncio del último Windows 10 independientemente del lugar en el que estemos.
Sin embargo, lo global no resta importancia a lo local. Estar en todo el mundo -o gran parte de él- no significa que haya que estar de la misma forma. Lo muestra perfectamente la imagen que ilustra la noticia, Coca-Cola es la misma marca en todo el mundo pero tiene diferencias muy importantes dependiendo del mercado geográfico. Y es ahí donde también está la clave del partner tecnológico glocal.
El equilibrio
Cada día más empresas tecnológicas tienen un carácter global con soluciones estandarizadas. Un factor que puede funcionar para ofrecer los mismos servicios en diferentes países. Sin embargo, el verdadero valor estará en la diferenciación de este mismo servicio en un ámbito local.
Buscar el equilibrio entre ofrece un portfolio global con un servicio local que conozca el terreno es la clave. No serán iguales los clientes en Tanzania que en Alicante. Ya sea por el conocimiento tecnológico, sus hábitos o la infraestructura, nuestro acercamiento local será el verdadero valor añadido que ofreceremos.
Al igual que la adaptación hacia un negocio de soluciones y servicios es obligatorio en estos momentos, adaptarse a cada región será un reto para el partner tecnológico glocal. Un desafío que ya comienza pero que será crucial en los próximos 5 años. ¿Nos preparamos?
