Pensar en abrir nuevos frentes comerciales en otros países no es una tarea baladí. La internacionalización de una empresa requiere de muchos detalles a tener en cuenta. Hasta las más grandes pueden fracasar en el intento por pequeños errores de mucha importancia.
Es el caso de Target. Con 1.800 tiendas en Estados Unidos y siendo número uno en retail en el país norteamericano, la corporación se sintió preparada para abordar un plan de internacionalización. Así lo hizo en 2011 cuando anunció que abordaría el mercado vecino de Canadá.
Sin embargo, lo que parecía una evolución lógica con muchas posibilidades de ser un éxito, se convirtió en una estrategia fracasada. Desde ZDnet cuentan que la tecnología tuvo mucho que ver con esta derrota que hizo que Target perdiera miles de millones de dólares.
Target no tuvo en cuenta dos parámetros claves; en Canadá tanto la moneda como el sistema métrico son diferentes a los de Estados Unidos. Y ese pequeño detalle hizo que comenzarán los errores dentro del sistema de gestión e inventario de la compañía.
El error llevó a que la gestión de pedidos no se efectuará de la forma correcta. No es lo mismo 10 pulgadas americanas que 10 centímetros canadienses por lo que la administración se volvió muy complicada y más en los términos de volumen en los que se puede mover una empresa como Target.
Aún así, el vendedor americano no ha perdido la esperanza de encontrar oportunidades en el extranjero. Su plataforma de comercio electrónico se ha abierto a países europeos, latinoamericanos o asiáticos para conseguir sufragar el error.
El ejemplo puede servir como aprendizaje para otros vendedores. La internacionalización es una oportunidad en sí misma pero también puede ser un problema si no se plantea con el suficiente tiempo, recursos y planteamiento.
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