El Apple Watch llegó con la pretensión de ser una nueva revolución de Apple. Sin embargo, lleva casi dos años en el mercado y no parece que vaya a ser la gran referencia de los wearables. De hecho, los analistas, porque cifras oficiales no se han dado, apuntan a un fracaso en ventas que proseguirá.
Las estimaciones de KGI facilitadas por 9to5Mac hablan de una devaluación de las ventas. Mientras el pasado 2015, Apple Watch vendió 10,6 millones de unidades, para este año se espera que la cifra se reduzca a 7,5 millones. Un 25% menos de demanda que, de confirmarse, sería un revés para los de Cupertino que ven como también otras áreas pisan el freno.
¿Por qué no funciona?
Aunque es muy complicado dar un argumento, la consultora apunta dos vertientes: por un lado, el propio sector wearable que no está creciendo tanto como cabía esperar y por otro, ataca directamente al dispositivo. Un Apple Watch falto de aplicaciones, autonomía y realmente funcionalidades que lo hagan atractivo para los compradores.
Y quizá es el fallo general de este nicho. Un sector donde solo las pulseras deportivas, también los dispositivos más asequibles para el gran público, han encontrado un buen hueco de ventas. No hay más que ver a algunos ejemplos como Fitbit o Xiaomi Band.
Pero Apple no tira la toalla. La siguiente versión del Apple Watch comenzará a fabricar en el tercer trimestre de este año. Para 2017 estará listo y quizás llegue con un nuevo planteamiento que sea la clave para impulsar las ventas.
