La adopción de SSD alcanzará al 56 por ciento de los ordenadores portátiles en 2018. Según DRAMeXchange, 1 de cada dos portátiles vendidos utilizarán unidades de estado sólido en apenas dos años.
Los envíos de SSD para portátiles crecieron un 24% el pasado trimestre para una adopción del 32 por ciento, comenta la firma de análisis. Los basados en chips NAND TLC serán los más vendidos porque los MLC son menos competitivos en términos de coste.
En cuanto a la interfaz, se impone por mucho los basados en Serial ATA frente a los PCIe que han llegado al mercado más recientemente y aunque ofrece un mayor rendimiento, su coste es bastante superior. Aún así, se calcula que las SSD PCI alcanzarán el 20% del total de unidades de estado sólido.
No sorprende los datos explosivos de SSD. No hay semana que no se produzca la presentación de una nueva serie y hace unos días conocíamos lo nuevo de Intel, una importante actualización de su catálogo de SSD NAND 3D, que incluye seis nuevas unidades de estado sólido para consumo, empresas, centro de datos y la Internet de las Cosas.
La apuesta por SSD no solo se limita entre los especialistas que llevan años introduciendo el formato, sino de los grandes fabricantes de discos duros que también se han posicionado bien para contrarrestar la pérdida de venta de éstos.
Y especialmente en el mercado de portátiles. Las SSD (unidades de estado sólido) se han convertido en el gran estándar en la informática móvil por sus múltiples ventajas frente a los discos duros y se utilizan de forma masiva en 2 en 1, convertibles, portátiles premium, Ultrabooks, tabletas electrónicas y smartphones.
Sus ventajas son destacadas y comienzan en unas velocidades de transferencia de datos que en general triplican la entregada por los discos duros y permiten mejores tiempos de arranque del sistema operativo, en el acceso a las aplicaciones o en los reinicios desde modos de suspensión o hibernación.
La ausencia de partes móviles de SSD les permite mejorar el ruido emitido, la emisión calorífica y el consumo, mientras que formatos avanzados como M.2 con tamaños similares a una tarjeta de memoria, permiten crear equipos cada vez más delgados y ligeros, un aspecto esencial en informática móvil.
