El precio efímero de la tecnología ¿bueno o malo para el canal?

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La velocidad con la que se dan mejoras la tecnología es tan rápida que los productos son casi viejos cuando llevan unos días en el mercado. Su precio es otro síntoma de esa aceleración que busca propiciar el consumo impulsivo y el cambio veloz ante nuevas modas TI. Pero ¿es un aliciente para ser más rápido o una forma de recortar márgenes sin casi tiempo para reaccionar?

Desde el comparador idealo.es contabilizan precisamente esta velocidad de los precios tecnológicos. Solo en 16 días después de un lanzamiento de un producto, el precio se reduce un 5%. En 48 días, la reducción es de un 15%.

Pero no todos los productos tecnológicos tienen el mismo comportamiento. Por ejemplo, los smartphones les cuesta un poco más bajar por ser artículos más demandados: el ahorro en una tienda on-line comienza a estar entre el 5 y 15% a partir del día 23 hasta el 58.

En 48 días, los precios tecnológicos se pueden reducir un 15%

Por su parte, las consolas y los videojuegos registrarán un descenso de sus precios del 5% a 39 días del lanzamiento y del 10% si se espera 11 días más. Para obtener una reducción de un 15% deberían esperar un total de 67 días de media desde el lanzamiento del artículo.

Limitación de márgenes

El vaivén de los precios tecnológicos en un lapso muy reducido de tiempo se ha convertido ya en una costumbre. Tanto es así que muchos consumidores esperan a fechas puntuales propiciadas por los propios vendedores para conseguir esas rebajas conociendo el comportamiento de los precios.

Una auténtica locura que limita mucho más los márgenes de mayoristas y distribuidores, ya reducidos de por sí, por el pequeño tiempo disponible para potenciar los productos antes de la bajada de precios. Esto unido a la enorme competencia que impera en el mercado hace que las grandes superficies aprieten aún más a los pequeños con precios más agresivos. Una auténtica batalla donde además el excesivo inventario puede ser una baza perdedora.

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No obstante, también puede suponer un aliciente. La obsolescencia programada, que se practica en la tecnología de manera encubierta pese a ser una fórmula poco ética e ilegal, ayuda a que los usuarios compren más. Si un producto se estropea y el más actual está mejor de precio, será más sencillo que el proceso acabe con una nueva adquisición.

En un sector cada vez más competitivo también entran en juego las modas propiciadas por los fabricantes. Si hace menos de dos años se abogaba por smartphones de tamaño medio o pequeño, la tendencia al phablet cada vez es más palpable. Una evolución que hace cambiar los hábitos de compra y ponerle una fecha de caducidad a los productos tecnológico cada vez más rápida. En el caso del smartphone, la media si sitúa en los 20 meses. El ejemplo, aunque con otros periodos de tiempo, se podría extender a otros nichos del consumo o a la tecnología profesional.

Así, el canal de distribución debe jugar con las dos variantes: por un lado, intentar ser competitivos en precio pero contando un stock limitado para que el excesivo inventario no suponga un problema. Una balanza que equilibrar para sostener el negocio. ¿Crees que los precios varían demasiado rápido?.

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Coordinadora editorial de MuyCanal. Danzando día a día entre partners, mayoristas y fabricantes para profundizar en el canal de distribución tecnológico.