Televisores, móviles y electrodomésticos. Si pensamos tanto en Samsung como en LG nos vendrán esos productos a la cabeza. Dos gigantes que se aproximan a los mismos sectores pero que finalizan sus trimestres con resultados diversos. ¿La diferencia? Sobre todo, la gran baza de los chips en la que juega la primera.
Samsung finalizó el segundo trimestre con unos beneficios que crecieron un 72%. Por su parte, LG cerró este período con una ligera subida del 3,9%, tal y como muestran los resultados preliminares. Dos grandes, dos estrategia y dos cuentas de resultados muy diferentes.
Los números récord de Samsung, que aumentó sus ingresos un 18% hasta los 50.000 millones de dólares, se deben al buen comportamiento de la unidad de venta de chip de la que no se desglosó los datos –tanto es así que desplazará por primera vez a Intel-. Esta área donde la corporación continúa invirtiendo. La última inyección será de 18.600 millones de dólares para chips de memorias y pantallas de nueva generación.
En total, la corporación número uno en venta de móviles obtuvo unos beneficios de 12.110 millones de dólares lo que la deja más fuerte. Una fuerza que necesita después del varapalo sufrido el pasado año con uno de sus buques insignia que hizo que sus resultados se resintieran.
Por su parte, LG no pasa por tan buen momento, sobre todo, en la parte de movilidad donde sigue perdiendo dinero. El número dos en materia de televisores parecía que iba a elevar sus beneficios un 14% pero, según los primeros resultados, finalmente sus beneficios se quedan 575 millones de dólares. La subida del 3,9% de sus ventas hizo que sus ingresos alcanzarán los 12.000 millones de dólares.
El auge del automoción no ha podido con las ventas estáticas en el mundo de los electrodomésticos y las mencionadas pérdidas de los smartphones. Se espera que para finales de año, el negocio de componentes de coches comience a dar beneficios reales que se traduzcan en unos mejores resultados.
