Aunque todavía es una realidad limitada a pruebas piloto, el 5G busca su despliegue con el 2020 o 2022 como fechas objetivo. Una implementación clave para la evolución de Internet de las cosas y donde las empresas saben que tendrán que invertir más. De hecho, el 75% es consciente de que esta nueva red móvil será más cara que el 4G.
Una encuesta de Gartner revela estos datos sobre el 5G. Mientras un 26% de las compañías preguntadas considera que las tarifas serán las mismas, el resto de clientes finales tiene claro que no será así: el 31% cree que los precios subirán un 10%, el 22% aboga por un incremento de entre el 20 o 30% mientras que solo el 8% apuesta por un alzamiento del 30% o más.
La oportunidad del 5G es clara con un volumen de negocio esperado de 100 millones de dólares en tres o cuatro años. El estudio demuestra los clientes finales están dispuestos a pagar más por una red que le aporte valor. Y es ahí donde los proveedores deben concentrar sus esfuerzos para demostrar todo el potencial del 5G con una amplia variedad de servicios y soluciones adaptadas para el mundo interconectado que está llegando.
Más caro pero más útil
Pese a las subidas de precio que las compañías ven como una prácticamente un hecho, los encuestados tienen claro que el 5G traerá consigo grandes ventajas. Es por ello que están dispuestos a asumir un mayor coste como la evolución lógica de las redes (59%) y adaptarse a la era digital (38%).
Las empresas consultadoras relacionan directamente el uso del 5G con Internet de las cosas. El 57% opina que será la principal utilidad de esta tecnología móvil. Esa tendencia que habla de todo y de nada dará lugar a realidades donde será necesarias redes de mucha velocidad y poca latencia que permitan conectar desde lavadoras hasta máquinas industriales o semáforos.
IoT, el principal uso del 5G
Sin embargo, el 5G todavía es un proyecto muy futuro. Las últimas grandes ferias de tecnología han puesto el foco en esta tecnología que podría comenzar a desplegarse en 2019. Pero lo cierto es que parece que en 2020 se calcula que solo el 3% de las redes estén preparadas para acoger estas conexiones. Un panorama que pone su despliegue real en una fecha más lejana.
Imagen principal | Daria Shevtsova
