Aunque los wearables todavía no son, ni mucho menos, habituales en las empresas, la industria TI quiere que algún día sean claves en los entornos de trabajo. De ahí que las expectativas lejos de caer por el desinterés decreciente en consumo, avanzan debido a todo lo que puede aportar esta tecnología a nivel profesional.
Según los cálculos de ABI Research, la industria enfocada a los wearables para empresas crecerá un 41% pasando de un volumen de negocio de 10.600 millones de dólares a 60.000 millones de dólares en 2022.
El valor de los wearables
Más allá de la moda de las gafas o relojes inteligentes, las virtudes de los wearables aplicados a las compañías son múltiples. Desde el control de datos de trabajadores o usuarios hasta la mejora de productividad pasando por la posibilidad de añadir un valor en la experiencia de cliente.
Y es que precisamente los wearables son una puerta de acceso o visualización de información vital para ciertos negocios. Una entrada que debe estar bien vigilada y gestionada para que el trabajo no caiga en manos inapropiadas. En este sentido, Stephanie Lawrence, analista de la consultora comenta:
«Los wearables corporativos tienen acceso a una gran cantidad de información y datos de cliente que los trabajadores necesitan acceder estando fuera de la oficina. Por ello, las soluciones debe contar con varias capas de seguridad, aplicaciones y archivos que garanticen que si el dispositivo se pierde o es hackeado los datos sensibles están protegidos».
Unas soluciones que, aunque existen, todavía son un rara avis en el mercado. Salvo Samsung que lleva tiempo potenciando este sector, el resto de ofertas están en pañales. Y es ahí donde fabricantes y proveedores deben trabajar para conseguir construir una oferta que realmente incentive el uso en las empresas.
Imagen | Tyler Hendy
