Sin embargo, los retailers todavía cometen muchos errores al integrar un sistema de pago on-line. La falta de compatibilidad o el desconocimiento de algunos parámetro lleva a que, en muchas ocasiones, realizar una compra a través de la web sea toda una odisea. Para que nuestro potenciales clientes no tengan estos problema, os dejamos con los errores más comunes a evitar:
Cada empresa de tarjeta de crédito tiene un modelo de procedimiento. Aunque es imposible incluir todos en nuestra web, si es importante contar con 4 o 5 modalidades con sus respectivas tasas es suficiente para dar una amplia cobertura de pago.
Las empresas establecen una política de comisiones. Muchos retailers se basan en estas comisiones para elegir un tipo de tarjeta u otra. Sin embargo, tienen que tener presente el índice de popularidad de los sistemas para elegir el que más nos convenga, aunque sea el que más tasas cobra.
Normalmente, los sistemas de pago tienen un propio interfaz. Un software intermediario que tiene que funcionar y no dar problemas a los usuarios. Revisar este aspecto también nos evitará más de un disgusto o fracaso en el proceso de compra de los usuarios.
Es necesario contar con una buena infraestructura para el sistema de pago. Lo barato nos puede salir caro, y más aún cuando estamos hablando de una de las fases finales de nuestro negocio. De ahí que invertir en tecnología para dar la máxima seguridad y confianza a nuestros usuarios no sea algo baladí.
Dependiendo de la compañía, las cancelaciones suponen un tanto por ciento de la compra o no. Conocer esta información contractual para poder dejarlo claro a los usuarios, nos ahorrará quejas en un futuro.