Aunque es evidente que salir de España no es una tarea sencilla, muchas empresas se lo han planteado como una salida honrosa para seguir adelante. Pero ¿Por qué? Estas son algunas de las razones:
Antes de pensarlo de seguir pensando si nos merece la pena, es necesario saber a que nos enfrentamos. Jordi Díaz, director de programas y relaciones internacionales de EADA explicó en MuyPymes lo que es un proceso de internacionalización:
«Efectivamente, es común relacionar la palabra internacionalización con las ventas al exterior, pero creemos que es una lectura insuficiente. La internacionalización supone llevar al exterior las ventas, las compras, la producción, las redes comerciales y de distribución, y las personas, tratando de conseguir el mejor talento, independientemente del lugar donde se encuentre».
Una vez que tenemos claro a qué atenernos, podemos recurrir a los datos de ICEX sobre exportaciones en el ámbito TI de 2012. Durante ese año los países que más recibieron del nuestro fueron Portugal, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos. Unos países donde ya trabajan tanto grandes como Telefónica, Indra o IBM como pymes más de nicho. Y ¿nosotros?
Si ya estamos pensando en el próximo paso, lo único que nos queda saber es cómo podemos plantearnos el negocio antes de embarcarnos en él. Estas son algunas ideas y/o preguntas en las que pensar para elaborar un plan de internacionalización para nuestro negocio:
Lo primero que tenemos que plantearnos es el dónde estamos. Saber con que recursos contamos, que podemos ofrecer, cuáles son nuestros competidores… En definitiva, tener un DAFO exhaustivo donde seamos realista y tengamos en cuenta hasta dónde podemos llegar.
Relacionado con el anterior punto, tenemos que saber qué queremos. No basta con tener la intención de querer llegar a otros mercado sino que servicios queremos implantar y lo más importante dónde. Portugal, Francia o Italia quizás son los mercados más sencillos por proximidad y cultura. Sin embargo, tenemos que valorar nuestros recursos, herramientas y objetivos.
La internacionalización no es un proceso de hoy para mañana. Por ello, es necesario tener un plan que desarrolle el crecimiento en otros mercados. Todo ello llevará consigo una estrategia comercial, de marketing, infraestructura y ventas consigo que debemos tener en cuenta.
Tan importante como planificar la forma en la que conseguiremos nuestros objetivo es saber dónde queremos meternos. No es lo mismo intentar entrar en el mercado europeo que en el asiático y dentro de cada país, incluso territorio, existen diferencias a tener en cuenta. Por ello, el análisis de contexto, competencia es primordial.
Cuando ya tenemos todo claro, nos queda el primer y último paso real: la ejecución. Aunque es un paso importante no es tiene porque ser el más relevante. Aún así para darlo tendremos que tener una fecha, unos plazos, un lugar y un personal listo para cumplir los objetivos y la planificación.