Después de una ampliación por «necesidades de mercado», esta semana finaliza la venta a los fabricantes de equipos originales de copias de Windows 7 Home Basic, Home Premium y Ultimate utilizadas para pre-instalar en equipos nuevos.
Con el final de Windows 7 OEM, los fabricantes sólo podrán seguir comercializando equipos con Windows 7 hasta que terminen de limpiar su stock, lo que supone que la disponibilidad de PCs y portátiles con dicho sistema operativo dependerá del inventario acumulado.
Sólo hay una excepción y es la versión enfocada a empresas Windows 7 Profesional, una versión que no tiene aún fecha para el final de su ciclo de vida. Los motivos son claros: Microsoft no quiere frenar el canal de ventas para empresas que quieren Windows 7.
Aunque el objetivo inicial de la compañía era que consumidores y empresas migraran directamente a Windows 8 y los fabricantes de equipos originales utilizaran esta versión como referencia a utilizar en equipos nuevos, las dudas sobre el alcance de sus ventas y la gran cuota de mercado de XP, aconsejan mantener Windows 7.
Todo indica que Windows 7 Profesional se va a mantener aún muchos meses en el mercado. Al menos hasta que llegue al mercado Windows 10, una versión que Microsoft piensa será la solución para obtener migraciones masivas.
