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Spotify o cómo remover el sector musical

Lo que comenzó en abril de 2006 como una empresa más de servicios musicales, se ha convertido en una referencia para la industria discográfica y digital. Spotify ha conseguido que de los más de 100 millones de usuarios, unos 60 millones sean suscriptores de pago. Una vía de ingresos que le ha llevado al estrellato como modelo de negocio.

La cifra de usuarios de pago de Spotify ha crecido de forma espectacular en los últimos meses. De hecho, en tan solo seis meses se ha incrementado un 25% el número de suscriptores seguramente gracias a las políticas de ofertas agresivas que le han llevado a estar un poco más lejos de su principal competidor, Apple Music.

Streaming musical

Spotify llegó al mercado cuando la industria discográfica no pasaba por su mejor momento. Los casetes ya eran historia hacia mucho tiempo mientras que los CDs comenzaban su declive. Y es ahí cuando llega una nueva forma de distribuir la música que no todos entendiendo en sus inicios: el streaming musical que salvó o, al menos, ha sostenido el negocio.  

La compañía sueca, fundada por Martin Lorentzon y Daniel Ek, supo aprovechar la nube para almacenar la música y ponerla a disposición de los usuarios. Unos oyentes que en junio de 2015 ya eran más de 75 millones activos. Justo en este año es cuando la corporación de la manzana se decidía a apostar por el mismo terreno con su Apple Music. Un servicio de streaming que gracias a la potencia de Apple consiguió en 2016 alcanzar los 13 millones de suscriptores de pago. Una buena cifra pero todavía muy lejos del montante de la empresa sueca.

Apple Music cuenta con 13 millones de suscriptores de pago: Spotify, con 60 millones

El pasado año el negocio entorno al streaming musical creció un 60% confirmando así el giro real de la industria. De hecho, uno de cada dos dólares facturado por las discográficas llega gracias al mercado digital. Así se consolida el hito conseguido en 2015 donde la música digital superó por primera vez a la física.

Con este panorama, las discográficas ahora ven claro el potencial del streaming musical. El servicio cuenta con acuerdos con Universal Music, Sony BMG, EMI Music, Hollywood Records, Interscope Records y Warner Music, entre otras. Grandes de la música que no siempre estuvieron dispuestas a ceder o vender los derechos de sus artistas pero que actualmente suponen alrededor del 70% de los ingresos de Spotify. El resto llega de los suscriptores y la publicidad que se hace en la plataforma.

La compañía ha crecido tanto y tan bien en tan solo 11 años que ya planeó salir a Bolsa el año pasasdo. Un planteamiento que no se ha dado por lo difícil que supone lanzarse al parqué bursátil un negocio que, pese a todo su éxitos, todavía sufre pérdidas de 539 millones de euros en 2016. Unos valores que recuerdan mucho a otras referencias como Amazon que estaban en la misma posición hace cuatro días.

Es evidente cómo Spotify ha conseguido remover las bases sobre las que se asentaba una industria. Al igual que Netflix está haciendo en en terreno del entretenimiento, Amazon en la logística o Uber en el transporte, las nuevas compañías están aquí para demostrar que sí se pueden hacer las cosas de forma diferente, para demostrar que siempre hay algo nuevo que aportar y que la transformación digital no es una utopía sino una realidad a la que adaptarse.

Imagen | Alice Moore

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