Los Kubernetes se han convertido en una fórmula empresarial para administrar cargas de trabajo y servicios que permite enfrentarse a muchos escenarios diferentes. Una realidad que ha hecho que su adopción vaya a más, más aún en tiempos de pandemia cuando se necesitan resultados más rápidos y a la vez más sencillos para los usuarios para adaptarse a la nueva normalidad en la que ya vivimos.
La última encuesta anual encargada por Portworx ha revelado que el 68% de los profesionales informáticos afirman que utilizan más Kubernetes a raíz de la pandemia, principalmente para acelerar el despliegue de las nuevas aplicaciones y para aumentar el uso de la automatización, dos aspectos clave para satisfacer a los clientes y a los empleados allí donde se encuentran.
Las empresas usan cada vez más Kubernetes para desarrollar y probar modelos de inteligencia artificial y para gestionar y automatizar la infraestructura de almacenamiento, de red y de computación. Casi el 90% de los profesionales de TI esperan que Kubernetes juegue un papel más importante en la gestión de su infraestructura en los próximos 2-3 años.
Casi el 75% de los profesionales informáticos han confirmado que el mayor beneficio de adoptar Kubernetes es la capacidad para desplegar nuevas aplicaciones más rápidamente, seguido del hecho de que permiten soportar áreas de programas que necesitan evolucionar (48%), que permiten soportar los cambios en la estrategia de las empresas (45%) y que ayudan a aumentar los ingresos o los beneficios (44%).
Además, las incertidumbres financieras han hecho que Kubernetes sean vistos como una fórmula para minimizar los gastos. Casi la mitad (46%) de los encuestados han afirmado que utilizaron más estos contenedores el año pasado para ayudar a reducir los costes de TI. De ellos, el 27% esperaba reducir los costes informáticos en un 31% o más.
Sin embargo, estos sistemas de código abierto suponen todavía un reto para las empresas. Tener los conocimientos adecuados para poder desplegar y gestionar los Kubernetes no es sencillo y por ello, todo aquel proveedores especializado en este ámbito esta viviendo un momento de oro. Una oportunidad que se une a las que ya conocemos sobradamente como la nube o la automatización de procesos.
La popularizacón de los Kubernetes ha hecho también que se conviertan en un objetivo para los cibercriminales. Desde 2018, cuando se fue extendiendo masivamente el uso de la nube y este tipo de contenedores, se ha visto un incremento del malware destinado a este tipo de sistemas.
Así, el desafío de los Kubernetes no solo está en saber desplegar y gestionar las aplicaciones o servicios sino también en protegerlos. Conseguir que la administración remota no sea la causa de una gestión expuesta para que malwares como Doki, Ngrok, Kinsing, XORDDOS, AESDDOS, Team TNT o Xanthe puedan atacar. Así, la revisión de la configuración y las autentificaciones son claves.
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