Más concretamente, el uso de Windows 8 y Windows 8.1 cayó de un 12,64% en mayo a un 12,54% en el mes de junio. Un porcentaje que justamente es similar al crecimiento de Windows XP; pasó de un 25,27% a un 25,31%.
Por su parte, el uso de Windows 7 va por un derrotero diferente al de Windows 8. Mientras el últimos software cae, Windows 7 sigue creciendo y ha pasado de un 50,06% en mayo a un 50,55 en junio.
Como decíamos al inicios, el cambio de valores es mínimo pero bastante significativo. Cuando Microsoft está poniendo todos sus esfuerzos en dejar atrás la lápida de Windows XP y potenciar su Windows 8 y actualización, los consumidores escogen otra dirección.
¿Se convertirán estos datos en una tendencia? Tendremos que seguir viendo su evolución para confirmar o desechar esta hipótesis que también se está viendo en la venta más atractiva de equipos con Windows 7 frente a Windows 8.
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