Los clientes reclaman ser atendidos de forma personal. Una configuración que no es sinónimo de una libertad total por parte del vendedor para escoger cualquier dato a usar para personalizar. Entonces ¿Dónde está la frontera? ¿Cuál equilibrio entre ofrecer una venta personalizada y no inmiscuirse en la vida privada?
En Accenture han indagado en este conflicto entre ofrecer una experiencia personal y no traspasar algunas fronteras. El 90% de los consumidores estadounidenses tiene claro que hay cierta información privada que no quieren que se comunique a terceros. El 88% quiere saber cuáles son los datos que se usarán.
Pero ¿Qué datos no quieren compartir para que los comercios puedan personalizar? Por ejemplo, solo el 14% de los consumidores estadounidenses está dispuesto a compartir su historial de navegación o solo el 20% de los vendedores quiere saber la ubicación de sus clientes.
No todo son malas noticias para los vendedores. Efectivamente, los clientes quieren buscan ser únicos. De hecho, el 60% quiere tener ofertas y promociones cuando entra en las tiendas además de sugerencias complementarias. En el mundo on-line, los usuarios buscan comercios adaptados a los dispositivos además de rebajas exclusivas.
En este punto está claro que los consumidores buscan descuentos personales que hagan más atractiva su compra. Además, el 51% quieren procesos de «compra en un paso» que simplifiquen el pago mientras que el 48% aboga por los recordatorios on-line.
El resto de detalles se pueden consultar en la infografía además de consultar el estudio: