Si pensamos en un usuario que compra por Internet, rápidamente nos viene a la cabeza un internauta tipo sentado en su mesa de escritorio con su ordenador. Como mucho podemos pensar en otro sentado en el sofá de su salón con una tablet o smartphone.
Sin embargo, las variantes y lugares para comprar on-line son tantas como compradores existen. De hecho, una encuesta de Google a consumidores estadounidenses nos alerta de algunos sitios inhóspitos desde los que se compra habitualmente:
Estos porcentajes, variables en España, nos muestran una tendencia clara a la descentralización de la ubicación para comprar. Así tiene mucho más sentido el Internet de las cosas que esta por llegar donde la interconexión motivará mucho más la compra desde otros lugares.
Además del auge del comercio móvil y la interacción cada vez más fluida entre el mundo físico y el virtual, el comercio electrónico está viviendo otros fenómenos. Google nos lo retrata también:
Los datos nos invitan a ver un comprador más familiarizado con las compras on-line y la búsqueda de información que le llega a través de diferentes canales. Un usuario que a veces sabe lo que quiere pero en otras, necesita un empujón para saberlo. Y es ahí dónde le debemos ayudar.