La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ha dado el visto bueno a la compra de Whole Foods por Amazon anunciada en el mes de junio.
FTC no ha considerado que la compra dañe la competencia y aprueba una operación de 13.700 millones de dólares para la adquisición de esta cadena y sus 450 establecimientos con la que Amazon se mete de lleno en la tienda física y en particular en las tiendas de comestibles del futuro.
Los accionistas de Whole Foods ya habían aprobado la compra al recibir una prima del 27% del precio de las acciones, por lo que no deben existir obstáculos a una operación que espera completarse a finales de año.
Todavía se especula para qué quiere Amazon esta cadena y si pretende aprovecharla para algo más que impulsar su servicio Amazon Fresh. Creemos que sí, comenzando por asestar un golpe definitivo a las relativamente pequeñas nuevas empresas que están batallando en la guerra de la entrega de comestibles.
También es una forma rápida de acumular centros de distribución, una flota de marcas de alimentos de alta calidad y un ejército de empleados que refuercen su negocio minorista y de comercio electrónico.
Whole Foods ofrecerá 450 lugares adicionales de recogida bien situados para clientes Prime y podrán utilizarse también como centros de envío adicionales, abaratando el proceso o de recogida para otros artículos de Amazon. También permitirá la creación de un nuevo conjunto de marcas propias replicando el éxito de «Kindle» o «Alexa» a la alimentación.
