Dentro de las empresas las bases de datos son uno de sus principales activos, ya que facilita a los trabajadores obtener más información de sus clientes gracias a la sencillez, flexibilidad y rapidez de esta herramienta para proveer datos al usuario. La entrada en vigor de GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) obliga a mantenerlas actualizadas, así que debemos estar preparados.
Antonio Camacho, fundador de Hocelot, ha comentado:
«El GDPR va a suponer un cambio en la forma de trabajar de muchas empresas. Las bases de datos que las distintas organizaciones tienen, muchas de ellas sin capacidad de ser explotadas, supondránb a partir de mayo si no están actualizadas, puesto que se deberá solicitar el permiso a cada uno de los clientes sobre cuyos datos se desee operar».
Algunas organizaciones todavía mantienen sus datos de clientes en sistemas aislados a través de múltiples departamentos, grupos y sistemas. Con frecuencia eso causa información duplicada, incompleta o conflictiva, con fuentes que se están actualizando mientras que otras se dejan en silos para estar cada vez más obsoletas.
La base para cumplir con los requisitos del GDPR es que la organización rompa estos silos de datos separados. En primer lugar debe asegurarse de que la información personal que almacena sea correcta y esté actualizada. Además de eso todos los datos asociados deben ser identificados y la empresa debe saber dónde se almacenan, para qué se utilizan y quién tiene acceso a ellos.
El análisis de Big Data ofrece a las empresas la capacidad de recopilar datos de los clientes, aplicar análisis e identificar posibles problemas antes de que sea demasiado tarde. Esto facilita la realización de un proceso de normalización y asienta las bases para llevar a cabo las correspondientes actualizaciones.
El tratamiento de las bases de de datos debe ajustarse al GDPR para evitar posibles sanciones, pero mantener una base de datos regulada y actualizada también será de gran ayuda para las empresas, ya que tendrá un valor mucho mayor.