Low-code, no-code y otras tecnologías que marcarán el futuro del desarrollo

Ser ágiles en el desarrollo de una aplicación o servicio es básico para la competitividad de cualquier empresa. Un punto donde tecnologías como low-code, no-code u otras opciones permiten a los desarrolladores trabajar de una forma más ágil y eficiente para conseguir reducir los tiempos de llegada al mercado. Y es ahí donde parece que está el futuro de este segmento.

El mercado de las tecnologías low-code, no-code o desarrollados inteligentes cada vez tiene más demandado por parte de las empresas, especialmente por las grandes. Muchas lo consideran ya una parte fundamental de sus procesos de innovación y transformación digital y esto está impulsando un nicho con muchas oportunidades para los partners.

Con todo ello, el futuro se torna halagüeño para estas tecnologías. Lo analiza IDC en un estudio que habla de crecimientos del 17,8% para el período comprendido entre 2021 y 2026. Un aumento de la adopción de esta tipología de desarrollo que hará que el negocio alcance los 21.000 millones de dólares en 2026. Otras fuentes son incluso más optimistas y vaticinan que en 2027 este nicho llegará a los 45.500 millones de dólares, creciendo un 28% desde los 25.000 millones de dólares actuales.

Y que las empresas están viendo los beneficio de aplicar estas tecnologías en sus desarrollos. La mejora del tiempo productivo de los desarrolladores, la capacidad e incluir a nuevos perfiles menos técnicos en el proceso de desarrollo o suplir la falta de talento tecnológico con herramientas que permiten trabajar rápido y eficientemente.

Low-code, no-code y otras tecnologías de desarrollo

En este punto es importante entender qué significa y qué diferencia a cada una de estas tecnologías de moda entre los desarrolladores. Alternativas, que bien implementadas, pueden suponer una ventaja competitiva en los equipos TI y elevar la innovación empresarial al máximo nivel.

En el caso del low-code, hablamos de herramientas de desarrollo visuales que guían en el proceso. Esto incluye componentes de código prediseñados, plantillas o datos sobre los que trabajar. Podríamos decir que se trata de bases desde las que los desarrolladores pueden optimizar, personalizar y mejorar los proyectos.

Si nos enfocamos en el no-code, estas tecnologías van un poquito más allá. Además de ofrecer bases preestablecidas de trabajo de desarrollo, aplican Inteligencia Artificial para crear los desarrollos. Así, cualquier persona ajena a los códigos o el desarollo puede crear una aplicaciones, sitio web o servicio sin picar ni una línea de código.

Además, existen otras tecnologías y herramientas que utilizan el machine learning o la inteligencia de negocio para acelerar los desarollos. Opciones donde se incluyen herramientas de autocompletado de código, desarrollos de chats conversacionales o plataformas de automatización de test, entre otras.