A la hora de acceder a un puesto de trabajo o de cambiar el rumbo de nuestra trayectoria profesional no solo se tiene en cuenta la parcela económica, sino también los aspectos sociales, psicológicos y ambientales que giran en torno a este nuevo reto laboral y que determinan cuál será la cultura empresarial. De ahí que se pueda hablar del concepto de salario emocional.
El salario emocional hace alusión a todos los beneficios no económicos que permiten satisfacer las necesidades personales y de calidad de vida de los trabajadores. Se tienen en cuenta aspectos clave como la conciliación familiar, el bienestar físico y/o emocional y la formación continua. No obstante, el concepto de salario emocional es muy subjetivo, ya que cada trabajador dará prioridad a uno u otro aspecto.
En este sentido, el ‘Estudio de Tendencias en Recursos Humanos 2023’, elaborado por Sodexo Beneficios e Incentivos, concluye que solo el 12% de las empresas españolas cuentan con programas de bienestar emocional para sus empleados. De ahí que se concluya que es uno de los principales retos a los que se enfrentan las empresas en esta nueva era.
Solo el 12% de las empresas españolas cuentan con programas de bienestar emocional para sus empleados
El porcentaje que se extrae del estudio varía en función del número de empleados de la empresa, que baja a un 2,8% en las que cuentan con menos de 50 empleados y aumenta hasta el 17,6% en entidades que oscilan entre los 51 y los 250 empleados. Para las empresas que superan los 250 trabajadores este porcentaje se incrementa hasta el 20%.
Del estudio también se concluye que más de la mitad de los empleados están insatisfechos con sus planes de beneficios porque los consideran escasos. Esto genera un efecto de autocrítica entre las empresas, obligadas a mejorar sus modelos de bienestar corporativo y a crear un salario emocional de calidad. Todo pasa por incorporar medidas que contribuyan a cuidar la salud mental de los trabajadores y a reducir el estrés.
La insatisfacción de los empleados y el estrés lleva a la configuración de un ambiente laboral crispado, bajando la productividad y la rentabilidad en términos individuales y colectivos. De ahí que muchas empresas estén trabajando por configurar nuevos programas de bienestar emocional, llegando al 23,1% de las que aún no cuentan con ellos. Un porcentaje similar al que se ha destinado con anterioridad a otras parcelas como la aportación al plan de pensiones, las dietas o la tarjeta de transporte.
La asistencia psicológica se ha convertido en una prioridad en los tiempos que corren, pues las circunstancias económicas y personales acaban afectando al rendimiento de los empleados. De ahí que se abogue por un asesoramiento profesional en las diferentes etapas de la vida laboral.
Los programas de well-being corporativo potencian la inteligencia emocional y la gestión del estrés mediante el diálogo, mientras que las políticas de conciliación permiten un equilibrio entre la vida personal y familiar del empleado. Otro aspecto a tener en cuenta será la retribución flexible, que brinda servicios útiles para la vida cotidiana con un coste inferior que si se contrata a título personal.
Los programas de well-being corporativo potencian la inteligencia emocional y la gestión del estrés mediante el diálogo
También se pueden incluir planes de formación y promoción. Se ofrece la posibilidad de aprender o reforzar conocimientos en temas como liderazgo, comunicación y trabajo en equipo, así como otras herramientas. Adquirir estas nuevas habilidades permitirá a las empresas cubrir las nuevas vacantes con el personal ya existente. De igual modo, se pueden incluir campañas de formación en temas como alimentación equilibrada, prevención de riesgos, ejercicio físico o primeros auxilios.
Para Miriam Martín, directora de Marketing y Comunicación de Sodexo Beneficios e Incentivos, el hecho de fomentar el bienestar emocional entre los empleados debe ser uno de los objetivos principales de las empresas. Para ello, existen muchos programas y beneficios que buscan dar visibilidad a este concepto.
La incorporación de este concepto no solo reporta grandes beneficios para los empleados, sino también para las empresas. Aumenta la motivación, el compromiso y el sentimiento de unidad y de pertenencia al grupo de los trabajadores considerablemente, algo que impulsa el aumento de la productividad.
Para las empresas el valor del salario emocional es muy alto
Para las compañías, el valor del salario emocional es altísimo. Además de aumentar la implicación de los empleados y la consecución de objetivos, es una estrategia muy efectiva para aumentar el valor de su marca, retener y atraer al mejor talento humano, disminuir el absentismo laboral y reducir los costes asociados a las incidencias.
El hecho de conocer las retribuciones incluidas en el salario emocional de una compañía ayuda a comprender mejor cuál es su cultura corporativa, así como si las condiciones laborales son acordes a las expectativas profesionales.