¿Cómo explotamos el negocio de los microservicios?

Cada vez más las empresas apuestan por los servicios pero, ¿sabemos para qué podemos utilizar los microservicios y cómo beneficiarnos de ellos? Sin duda, un filón para que el canal TI incremente su negocio.

Saber si el uso de microservicios puede ser beneficioso o no para una organización dependerá de una serie de factores, como el enfoque elegido a la hora de adoptarlos, algo crucial a la hora de establecer una estrategia de implementación.

La aparición de microservicios está relacionada con la necesidad de hacer que las aplicaciones sean cada vez más eficientes, más sencillas de actualizar (sobre todo cuando se utilizan contenedores) y más seguras. Pero no todo es tan fácil como parece. La implantación de microservicios conlleva una serie de oportunidades, y también de retos, que será necesario abordar para aprovechar al máximo las ventajas que aportan.

Retos para exprimir al máximo los microservicios

Aunque aún queda mucho camino por recorrer en el mundo de los microservicios, podemos destacar cuatro retos clave a los que hay que hacer frente para aprovechar los beneficios que nos permiten: el desarrollo de habilidades de TI, el uso de estándares, la monitorización y la alineación con los negocios.

Hoy en día, no todos los profesionales que trabajan en departamentos de TI están preparados para desarrollar y gestionar aplicaciones de microservicios de manera eficiente. Un aspecto a menudo relacionado con la organización de las TI en las organizaciones, así como en la falta de recursos para arquitectos expertos en esta área.

Habilidades como la capacidad de gestionar software en múltiples idiomas, la necesidad de estar familiarizado con APIs modernas, contar con las mejores prácticas para gestionar la comunicación entre servicios y conocer la tecnología de próxima generación son clave para los profesionales que trabajen con microservicios.

Si los profesionales carecen de las habilidades necesarias para gestionar estos microservicios, las organizaciones, lejos de beneficiarse de ellos, los verán como un problema añadido.

Por otra parte, la gestión de todas las piezas en una arquitectura de microservicios necesita de APIs estandarizadas y políticas de gobernancia, algo realmente útil cuando contamos con múltiples equipos dentro de la organización. Además, estos estándares deben equilibrarse con la flexibilidad y la independencia del equipo, permitiendo a éste trabajar con libertad pero con unos elementos básicos estandarizados.

Además, el hecho de que los microservicios cuentes con más piezas separadas, hace necesario tener que monitorizar más y estar atento a más aspectos. Esto hace que, en muchas ocasiones, sea más trabajoso detectar qué falla cuando se produce un error para solucionarlo.

Esto conlleva que las tradicionales herramientas de monitoreo no siempre resulten efectivas a la hora de controlar, detectar y resolver incidencias en microservicios. Por ello, se hace necesario ir más allá de plataformas de código abierto, como Nagios, para mantener los controles adecuados en las aplicaciones de microservicios.

Alineación con el negocio

Una premisa de la que debe partir la implementación de microservicios es que deben estar enfocados a la resolución de problemas de negocio. Por eso es clave identificar previamente qué necesidades existen y, a partir de ahí, priorizar la construcción de microservicios que las aborden.

Teniendo todos estos aspectos en cuenta, no cabe duda de que los proveedores de servicios tienen un largo camino por recorrer para aprovechar las oportunidades de negocio que permiten los microservicios.

Un mercado aún por explotar pero que no debe abordarse a la ligera sino partiendo de una estrategia clara y definida y contando con un partner de servicios de confianza. Y es ahí donde el canal deberá poner su atención para conseguir posicionarse y exprimir al máximo todo el potencial de negocio que los microservicios les brindan.