¿Cómo afectará la subida de precios de los chips de TSMC?

Todas las alarmas se reactivaron ayer cuando The Wall Street Journal advirtió que el mayor proveedor de chips del mundo, TSMC, pretendía subir sus precios entre un 10 y 20%. Una potente noticia, confirmada por otras fuentes, que tendrá un alto impacto en la industria TI y aledañas.

A la escasez ya generalizada de semiconductores y la crisis en la logística, TSMC añade este incremento ya comunicado a clientes como Apple, NVIDIA o ADM que repercutirá directamente en los precios en todo tipo de dispositivos.

El aumento esperado será del 10% para los chips de 7 nanómetros y de hasta un 20% para aquellos fabricados sobre tecnología de 16 nanómetros y más. La subida se haría efectiva a finales de este año o principios del próximo.

Aunque la compañía no ha hecho ningún comunicado oficial, la medida atiende a reducir precisamente la producción para poder atender la demanda. A largo plazo, TSMC parece que seguirán aprovechando la fuerte demanda de chips para mejorar su negocio. En los próximos 3 años la compañía planea invertir 100.000 millones de dólares en nuevas fábricas e I+D.

No es el único gran productor de chips que ha subido los precios. El proveedor UMC, el tercer proveedor de semiconductores, también anunció este incremento debido al tsunami que no le está imposibilitando atender la demanda. Su subida, aún así, sería más moderada de entre un 1 y 2%.

Consecuencias a medio-largo plazo

El incremento de los precios de los grandes productores de chips tendrá un impacto en la industria tecnológica. Algunos expertos creen que estas se verán a medio o largo plazo, pero para todos es evidente que llegara con consecuencias que no podemos prever.

Y es que los semiconductores son utilizados en productos tan variados como el iPhone, los automóviles de Toyota o General Motors, o las gráficas de NVIDIA. Artículos todos ellos de alta demanda que tendrán que elegir cómo salvan esta subida de precios.

La industria TI tiene ante sí varias opciones: subir los precios al canal de distribución y por tanto, también a los clientes finales para mantener los márgenes; considerar reducir los márgenes en los que se mueven, sobre todo los fabricantes que podrían asumir este incremento, o directamente repercutir la subida a los consumidores.

Sea como sea la decisión que tomen los fabricantes lo cierto es que la escasez de chips está trayendo consecuencias que se vaticinan a largo plazo. Los expertos no esperan que la situación se normalice hasta, por lo menos, 2022.