Desde el canal de distribución, la expectación es máxima. El mayorista 20:20 Mobile espera que se vendan en España 50.000 de relojes inteligentes durante esta Navidades. Todo ello con solo tres fabricantes para el público general como Samsung, Sony y Pebble. Ambos cuenta con relojes inteligentes similares.
No obstante, otros también se han adentrado en este sector. Si nos fijamos en las grandes marcas deportivas como Adidas y Nike vemos como han aprovechado el tirón mejorando sus productos de gestión física. Así, Adidas apuesta por su miCOACH smart RUN mientras que Nike cuenta con SportWatch GPS. Sin embargo, estos relojes inteligentes están en otra batalla con público y objetivos totalmente diferente.
Con este panorama, los analistas esperan que este mercado literalmente explote. Para este año se ponen la marca de un millón de smartwatches mientras que en 2018 podrían ser 36 millones. En 2020 la cifra se alza hasta los 373 millones de relojes inteligentes en todo el mundo. Unos números espectaculares pero ¿Corresponden a la realidad?
Viendo el panorama todo suena muy bonito. Sin embargo, las primeras impresiones del Samsung Galaxy Gear, el modelo que más comentarios ha suscitado, no son tan positivos como esperaría el propio fabricante.
Las críticas vienen de la mano de lo que precisamente es lo más criticable de estos dispositivos: su utilidad. ¿Para qué sirve un reloj inteligente si necesitas tu smartphone igualmente? Además, su precio no ayuda. 299 euros por un aparato que no aporta demasiado novedoso no es una gran ventaja competitiva.
Un estudio publicado por Associated Press confirma que realmente los usuarios no quieren un reloj inteligente. Pese al ruido de los fabricantes, los encuestados no ven una fuerte demanda en estos productos. Jonathan Gaw de IDC valora esta situación:
«Hemos tenido un reloj inteligente y mientras las funciones y tecnología van mejorando, todavía no es algo que la gente pida a gritos. La idea de que sería la explosión de las navidades está demasiado sobreestimada».
Aunque las críticas no son positivas y los consumidores no están por la labor de gastar unos 200 euros por un reloj de estas características, parece que los fabricantes están decidido a profundizar en este mundo. Un sector que, por el momento, no está aportando nada nuevo pero que parece que es por el que hay que apostar sí o sí.
Lógicamente, la última palabra está en el propio mercado. A modo de encuesta, ¿estás apostando por este mercado? ¿Te comprarías un reloj inteligente? ¿Crees que tus clientes lo harían?