Tres trimestres consecutivos de caídas del PC en el mercado español. Aunque parecía la excepción dentro de una crisis generalizada, España cede 13,7 puntos en el primer trimestre de 2016 frente al mismo periodo anterior. En total, según los datos preliminares de IDC, se vendieron 822.000 equipos.
La bajada del negocio es incluso mayor que la dada de forma global que se situaba entorno al 10%. Un balance también peor si lo comparamos con otros países europeos como Francia (-11%), Italia (-11,8%) o Alemania (-13%).
La consultora estima que el segmento empresarial cayó durante este primer trimestre un 8,4%. En el caso del consumo, el descenso fue mucho mayor debido a la resaca postnavideña y se situó en el 17,7%. Por tipología los retrocesos se dieron tanto en sobremesa (-19,4%) como en portátiles (10%).
En el caso de los fabircantes, HP siguió liderando el mercado con una caída en ventas del 11,8% pero manteniendo la cuota en el 28,7%. Lenovo y ASUS, segunda y tercera, respectivamente incrementaron su negocio un 1,9% y 11,1% quedándose con el 24,1% y 14,7% del sector PC.
Las mayores caídas fueron para Toshiba que descendió 63,3 puntos y Acer que lo hizo un 49%. Apple, en quinta posición, también lo hizo un 4,4% al igual que Dell que retrocedió un 1,7%, una bajada ligera gracias al buen posicionamiento en el terreno profesional.
Las razones del desplome
El balance del año pasado por estas fecha era bien distinto. Las ventas del PC en España estaban en un buen momento motivado por el fin de Windows XP unido a los movimientos en el sector público y las acciones de impulso de referencias del segmento como Microsoft.
Sin embargo, esas «vacas gordas» temporales parece que han tocado su fin. La demanda de ordenadores no se ha podido mantener y la incertidumbre política tampoco ha ayudado a firmar nuevos proyectos que vendan equipos tanto en el sector privado como público.
Además, el desplome en el consumo viene suscitado por el descenso de la demanda sino también por el exceso de inventario. Algunas marcas están abordando un ajuste para digerir el stock de trimestres previos.
