Amazon se desplomó en bolsa el pasado miércoles perdiendo 52.000 millones de dólares. El motivo fue la publicación por Axios de un informe donde el presidente Donald Trump despliega su conocida «obsesión» por Amazon al hacerla responsable de «acabar con los minoristas» de tiendas físicas.
Los ataques de Trump a Amazon comenzaron en la campaña electoral de las presidenciales estadounidenses, asegurando que «Amazon tendría problemas» si él alcanzaba la Casa Blanca. El pasado año ya indicó su postura en Twitter: “Amazon esta causando un gran daño a los vendedores que pagan sus impuestos. Ciudades y estados de todo EE.UU están siendo perjudicados: se están perdiendo muchos puestos de trabajo”.
El informe de Axios asegura que Trump «está obsesionado con Amazon y le encantaría cortarle las alas a Jeff Bezos«, señalan, al hacerlo responsable de la «quiebra de tiendas retail, de matar los centros comerciales y a los minoristas tradicionales». En otro pasaje del informe indican la situación:
El Capitolio quiere la sangre de Facebook, pero el presidente Trump no está interesado. En su lugar, el gigante tecnológico contra el que quiere ir Trump es Amazon.
Fuentes oficiales de la Casa Blanca no desmienten lo mostrado en el informe aunque descartan cambios regulatorios contra Amazon en términos fiscales, con una supuesta «ley antimonopolio» y en el precio cobrado por el servicio postal estadounidense para la entrega de sus paquetes. Unas normativas que Trump quisiera modificar y cuya mera exposición ha hecho caer en bolsa a Amazon.
Ciertamente, la llegada del comercio electrónico y en general de la era tecnológica está provocando cambios en los hábitos de consumo y con ello el cierre de miles de pequeñas tiendas físicas que no pueden competir ni en precios ni en servicios. Sin embargo, la «obsesión» de Trump por Amazon va más lejos del retail y se explica según algunos medios por la postura de The Washington Post (propiedad de Amazon aunque con funcionamiento independiente) contra las políticas de Trump.
