Presentado en la feria CES de Las Vegas en enero, el modelo X25-V se incluye en la gama de entrada de unidades de estado sólido de Intel. Su capacidad está limitada a 40 Gbytes y su velocidad de transferencia de datos a 170 y 35 Mbytes por segundo en modo lectura/escritura, respectivamente.
Nada que ver con sus hermanos mayores, pero suficiente para pequeños portátiles o netbooks, o máquinas de escritorio que utilicen esta SSD para instalación del sistema acompañada de discos duros internos o externos para almacenamiento masivo.
Y por ello apuesta Intel con una unidad que utiliza tecnología de memorias Flash de múltiples celdas (MLC), interfaz SATA-II a 3 Gbps, formato estándar de portátiles de 2,5 pulgadas y un tiempo medio entre fallos (MTBF) de 1,2 millones de horas.
La SSD Intel X25-V se pone a la venta con una garantía de tres años y un precio de lanzamiento de 130 dólares en Estados Unidos, lo que debería posibilitar poner el dispositivo en Europa por debajo de la barrera de los 100 euros.
