Mucho se habla de las lindezas de los pagos móviles. Sin embargo, todavía no se ha conseguido que los usuarios utilicen esta vía de pago en masa. De hecho, un estudio de Rocket Fuel asegura que solo el 15% de los consumidores hacen transferencias de dinero a través del móvil y el 7% usa los servicios de monedero electrónico.
Sólo poco más de la mitad (59%) de los consumidores han utilizado apps móviles para banca on-line o servicios financieros. En el caso de la mayor parte de los que sí lo han hecho, ha sido para comprobar el saldo de una cuenta o el pago de recibos. A pesar de la atención mediática de los pagos persona a persona (P2), este tipo de pagos sigue teniendo pocos adeptos.
Más oportunidad que realidad
Así los pagos móviles se presenta más como una oportunidad a medio-largo plazo que como una realidad en las compras diarias. De ello son conscientes muchos servicios que intentan hacerse un hueco en el mercado pero con una visión a la larga.
Aún así, las ventajas de los pagos móviles están ahí: más seguridad, comodidad para el cliente y, sobre todo, más información y gestión para los vendedores.
Quizás 2014 sea una año decisivo para los pagos móviles. Al menos esas son las previsiones, que se deben tomar con cautela, pero también con optimismo si vemos el éxito que comienza a tener esta metodología en Estados Unidos, cuna de creación y expansión de todas las tendencias.
