Samsung ha lanzado en Corea del Sur el superphone Galaxy S5 LTE-A, una mejora a varios niveles del Galaxy S5 y que se convierte en el nuevo tope de gama de la firma.
Hace tiempo que se esperaba una reacción de Samsung a las críticas sobre la «falta de innovación» del S5 y a un modelo como el LG G3 que le supera en varios apartados.
La respuesta es el Galaxy S5 LTE-A que no mejora en diseño ni uso de materiales ya que es idéntico pero sí en pantalla, potencia y conectividad.
Lo más destacado es la nueva pantalla con resolución nativa de 2.560 x 1.440 píxeles (2K) que en el tamaño de 5,1 pulgadas ofrece una densidad de píxeles de 576 ppp, cubriendo además el 95% de la gama de color Adobe RGB y con un contraste dinámico que asciende a 100.000:1.
Otra de las novedades es la inclusión del SoC más potente de Qualcomm, el Snapdragon 805 de cuatro núcleos a 2,5 GHz para mejorar el 801 que monta el S5. La memoria RAM también aumenta a 3 Gbytes, con 32 Gbytes para almacenamiento interno ampliable vía tarjetas microSD con hasta 128 Gbytes adicionales.
También mejorado su soporte a redes con LTE-Advanced que permite velocidades de descarga de hasta 225 Mbps siempre que tenga redes que lo soporten.
El resto de componentes no varía incluyendo Android 4.4. Su precio al cambio se eleva a 900 dólares y no se conoce si Samsung extenderá su comercialización a nivel internacional o lanzará otro modelo con el esperado chasis metálico.
