Desde 2013, Alibaba ha gastado 161 millones de dólares para erradicar uno de los mayores problemas que tiene su tienda on-line: las falsificaciones. Un asunto que le trae de cabeza por los inconvenientes que supone a grandes firmas que le reportan millones.
«Un cáncer al que enfrentarse». Así describía Jack Ma, fundador de Alibaba ya hace unos años. El problema de las falsificaciones le ha llevado a los tribunales, denunciado por Gucci, Yves Saint Laurent y otras marcas de lujo que exigían a la tienda on-line eliminar artículos no originales.
Pese a los intentos de atajar el problema, el asunto está lejos de acabar. Se calcula que un 41% del catálogo de Alibaba está basado en artículos falsificados. Productos que van desde relojes o accesorios de lujo hasta electrónica de consumo, ropa o perfumes.
El problema no solo afecta a Alibaba. Amazon, eBay o Etsy también se enfrentan a la dificultad de no poder controlar todo lo que se vende por su plataforma. La venta a través de terceros cuenta con esos riesgos que pueden acarrear, como le ha pasado al chino, conflictos legales.
Para atajarlo, Alibaba trabaja en unos algoritmos que le ayuden a detectar posibles vendedores de productos fraudulentos. Sin embargo, el sector de las falsificaciones, que se espera que mueva más de 1,77 billones de dólares (millones de millones), es suficientemente fuerte como para seguir adelante.
