Pese a todas las patentes, derechos de propiedad y demás barreras legales, detrás de un producto de lujo o de éxito, hay una réplica. El mundo de las falsificaciones se ha hecho tan grande que moverá 1,77 billones de dólares en 2015, según la aseguradora Zurich. Y una gran parte de los ingresos viene de la mano de las falsificaciones tecnológicas.
Terminales iPhone o iPad son algunos de los productos con más falsificaciones tecnológicas. No hay más que cómo antes de la salida oficial del iPhone 6 ya había falsificaciones en tiendas on-line chinas. Con el Apple Watch sucedió algo muy similar.
Producto bruto en sus manos
Cuando hablamos de falsificaciones lo normal es que los casos sean chinos. Se calcula que prácticamente el 70% de las réplicas ilegales provienen de este país donde el producto bruto está muy a mano. No en vano estamos hablando de la gran fábrica tecnológica del mundo.
La cuestión no es un negocio ni problemática menor. Solo hay que ver como las fábricas de falsificaciones prosperan. En China acaban de cerrar una que había fabricado 41.000 réplicas de iPhone por valor de 19 millones de dólares. Una superproducción que se exportaba a otros países como Estados Unidos.
Pero las falsificaciones no solo se exportan. Grandes de la venta on-line como Alibaba también se nutren de estos productos para hacer negocio. De hecho, al realizar pruebas en los portales de este grupo se ha visto que el 41% de los artículos se vendían como reales siendo falsos.
No solo las falsificaciones tecnológicas son un problema, también el incumplimiento de patentes. Este tema, mucho más delicado, tiene en los tribunales día sí y día también a grandes como Apple o Samsung. Mientras, otros fabricantes hacen de las copias similares, su negocio. Xiaomi es un ejemplo. No hay más que ver su Mi4 para darse cuenta que está basado en el iPhone 6 con las diferencias suficiente para salvar las leyes.