En las últimas décadas hemos visto como China, además de ser un gran proveedor, era la potencia de la replicación. Un país donde la tecnología que exportaba se basada en productos ya inventados en otros territorios. Sin embargo, las tornas van cambiando y van apareciendo figuras más interesadas en la innovación.
Compañías tecnológicas como Xiaomi, ZTE, Lenovo o Huawei están demostrando que la[pajarito] era de la China replicadora está llegando a su fin[/pajarito]. Aunque todavía hay muchas empresas dedicadas a reproducir dispositivos económicos de modelos de alta gama, lo cierto es que el país asiático está apostando por su propia innovación.
Cultura no emprendedora
Como explica Shaun Rein, autor del libro «El fin del copiador chino» para Forbes, China es un país con poca cultura emprendedora a pequeña escala. Es difícil encontrar start-ups innovadoras. Los Silicon Valley chinos con inversores, pequeños negocios con potencial y profesionales con ganas de hacer cosas nuevas son un rara avis.
De hecho, las innovaciones tecnológicas más interesante suelen llegar de la mano de grandes empresas que tienen la infraestructura y presupuestos suficientes para arriesgar y probar nuevas opciones. Y son ellas las que están cambiando la forma de ver el gigante asiático.
Lo chino ya no se queda en China
Aunque por diferentes razones, tanto en Estados Unidos como en China se procuran proteger a las empresas nacionales, más aún cuando se trata de compañías de éxitos. Unas medidas que en el país asiático han llevado a dar problemas a la entrada de Apple y además han hecho que muchas compañías no hayan salido de ese mercado donde se sienten cómodos y seguros.
Sin embargo, los tiempos cambian. Durante los pasados años las empresas chinas han comenzado a extender sus alas para alcanzar nuevos mercados. Empresas que no se dedicaban a hacer réplicas sino más bien a tener una fuerte base de I+D con la que hacer frente a los retos tecnológicos.
La movilidad y los servicios dedicados a este sector han sido la clave para los negocios chinos. Gracias al auge de dispositivos móviles y la tecnología de bajo coste, las empresas chinas han entendido que sus productos tienen mucho que decir de forma internacional. Y es ahí donde han comenzado a cosechar grandes éxitos a nivel global.
Así, gigantes como Lenovo o Huawei han arrasado en movilidad fuera de las fronteras chinas. Otros como Alibaba están entendiendo que fuera de China hay muchas oportunidades comerciales y están haciendo lo propio. Por su parte, Tencent han conseguido exportar su aplicación WeChat y Xiaomi está demostrando que puede hacer frente a Samsung.
Y quizás que lo chino salga de China es el gran problema para los gigantes americanos tan bien posicionados en Europa y América. Unas marcas que deberían comenzar a mirar con cautela y respeto a compañías que hasta ahora utilizan su potencial en su país pero que saben cómo llegar más lejos fuera de él.