Estimular las compras internacionales son otro punto en el que trabaja la Unión Europea. Aunque todavía representan una pequeña porción del total, es un negocio que también necesita a la Administración local para conseguir una estimulación. Y así lo ha entendido Estados Unidos.
Hace alrededor de un mes, Estados Unidos modificó su política de importaciones comerciales. Las compras on-line en tiendas extranjeras efectuadas por particulares ya estaban exentas de pagar impuestos si su valor era igual o inferior a los 200 dólares. Ahora el límite se ponía en los 800 dólares.
La medida junto a la fortaleza del dólar frente al resto de las principales divisas del mundo, permite que los ciudadanos norteamericanos puedan estirar el valor de su dinero comprando bienes de todo tipo, a través de tiendas on-line, de cualquier otra parte del mundo.
Las empresas de paquetería y mensajería, que en muchos casos son las responsables de controlar el tráfico de las compras y de informar a la agencia de aduanas de Estados Unidos, vaticinaron desde el primer día de aplicación del cambio, un más que notable incremento en determinadas compras internacionales.
El resto del mundo celebra, claro, esa nueva facilidad para exportar a Estados Unidos, y seguro que grandes tiendas online como Alibaba y Aliexpress estarán de celebración. Menos alegría, claro, para empresas y comercios estadounidenses, que ven como se aplica una seria corrección a una medida proteccionista. Ahora tendrán que ser ellos quienes encuentren la manera de atraer a sus propios consumidores, y evitar así que gran parte de sus ventas pasen a serlo de empresas del resto del mundo.
