Xbox One S fue responsable de que Microsoft vendiera más consolas de videojuegos que Sony en Estados Unidos durante el mes de agosto.
Aunque PS4 sigue siendo la consola más vendida en esta generación, es el segundo mes consecutivo que ocurre y aunque se trata de un mercado regional, puede suponer un cambio de tendencia.
Y ello se debería a la Xbox One S, un nuevo modelo que cuenta con un nuevo diseño que la hace mucho más pequeña, un 40 por ciento inferior en tamaño a la Xbox One y con la fuente de alimentación integrada. Tiene soporte para servir contenido en resoluciones 4K y alto rango dinámico (HDR).
Soporta streaming de servicios como Netflix y Amazon Video, así como reproducción de discos ópticos Blu-ray 4K. Incluye una nueva versión mejorada del mando inalámbrico Xbox, es compatible con todos los juegos incluidos los de Xbox 360 y aumenta su capacidad de almacenamiento hasta los mencionados 2 Tbytes.
El impulso de Microsoft puede ser contrarrestado por Sony con el lanzamiento de las dos nuevas consolas que hemos visto esta misma semana, la PS4 Pro y la PS4 “Slim”.
La gran novedad es la PS4 Pro, una consola de mayor potencia que las actuales que ejecutará juegos en resolución nativa 4K y con HDR (alto rango dinámico), además de soportar dispositivos de Realidad Virtual como PlayStation VR con mejor experiencia que en la consola original.
En cuanto a la PS4 Slim, se trata de una versión levemente mejorada de la original que mantiene todas las prestaciones de aquella pero que viene con un nuevo diseño y un tamaño más pequeño y compacto.
En esta misma conferencia, Sony anunció la venta de 42 millones de unidades vendidas de PS4, confirmando que es el líder de la actual generación de consolas.
