Desde MuyPymes lanzaron una encuesta para conocer el grado y el tipo de ciberseguridad en la que confiaban para su negocio. Los resultados son sorprendentes pero dentro de lo esperado. ¿Siguen las empresas españolas más pequeñas sin invertir en seguridad IT?, ¿conocen conceptos como la seguridad gestionada?, ¿confían en sus herramientas de protección?
Estas y otras respuestas las encontrarás en nuestro estudio ¿Qué tipo de seguridad IT utiliza tu negocio?, que podrás descargar de forma totalmente gratuita.
¿Por qué te interesa este informe?
- Si eres una pyme, querrás conocer la seguridad que tienen otras empresas, comparado con lo tuyo. Además, sabrás qué porcentaje de negocios pequeños han sido ya atacados (algunos, en más de una ocasión) y el tipo de malware empleado.
- Si vendes ciberseguridad te interesará saber el porcentaje de empresas que quiere cambiar su sistema de seguridad y cuáles tienen más papeletas para ser adquiridos. Además, conocerás el grado de confianza en ciertos productos y cuáles son los aspectos más importantes para los usuarios a la hora de elegir estas herramientas.
- Si eres fabricante de seguridad seguro que quieres estar al día del mercado español y datos interesantes sobre tus potenciales clientes. Una pista: para la gran mayoría, la marca y el precio no es tan importante como la flexibilidad del producto de adaptarse a sus necesidades.
Tradicionalmente, la ciberseguridad se ha mantenido a la cola de la inversión en las empresas españolas. Y todo ello, a pesar del aumento de la digitalización y de los riesgos que entrañan. La evangelización, durante años, de las empresas especializadas en seguridad IT han ido calando poco a poco en las corporaciones, pero a un ritmo inferior que la tasa de
ataques de las que son víctima.
El asunto es especialmente grave en las pymes que, al fin y al cabo, son más del 99% de las empresas de nuestro país. Los motivos de esta falta de interés en la protección digital son varios: la creencia de que, por su tamaño, van a pasar desapercibida a los ciberdelincuentes; la falta de digitalización y, por tanto, reducción del riesgo o, simplemente, la escasez
de presupuesto y el “mirar para otro lado”, esperando que nunca se consuma un ataque.
