Aunque el reloj de la cuenta atrás de la facturación electrónica lleva tiempo en marcha, todavía son muchas las pymes que no son conscientes. Las nuevas normativas como ley Antifraude o ley Crea y Crece marcarán un nuevo caldo de cultivo que ya está aquí.
«Las pymes ven muy lejos la facturación electrónica», confirmaba Eva Ballester, Vicepresidenta de REDIGITAL del Consejo General de Economistas durante una jornada informativa alrededor de las nuevas normativas organizada por Cegid. Una lejanía, que por desconocimiento o desinterés, no termina de llegar al tejido empresarial, pero que es mucho menos real de lo que se piensan.
El sistema Verifactu, que entrará en vigor con la ley Antifraude, tiene prevista su aplicación en julio de 2025. Un nuevo modelo que obligará, entre otras cosas, a que la facturación cuente con un código QR y se haga desde un software homologado por Hacienda.
Por su parte, la ley Crea y Crece, de la que todavía no se conoce fecha de vigencia, obligará a las empresas a implantar la facturación electrónica. Una vez que se publique en el BOE, las primeras empresas afectadas serán las que tengan un volumen de facturación superior a 8 millones de euros.
Despachos profesionales, los más sensibilizados
Entre el público asistente a la jornada de Cegid, la gran mayoría eran despachos profesionales. Un dato que pone en evidencia la sensibilización entre estas compañías que son el punto de partida de la gestión empresarial de muchas pymes.
Los despachos profesionales o asesorías son las más preocupadas por una temática que les afecta de lleno. «Estamos en la puerta de un trampolín para subir cuotas y aprovechar para transformarnos», apuntaba José Pedro Martín, Director Centro de Innovación de Despachos Profesionales.
Unos despachos que dedican el 70% de su tiempo a meter datos de facturación. «Con la facturación electrónica esto va a terminarse y debemos pensar como reconvertirnos para dar valor a los clientes y aportarles», añadía Pedro Toledo, Abogado y Gerente de Asesoría Toledo.
La transformación de los despachos profesionales es el gran reto que trae detrás la facturación electrónico. Un terreno donde todos los despachos presentes estaban muy interesados, «pero ¿y los que ni se están enterando de estos cambios?», aludían los portavoces del gremio. Precisamente para estos puede suponer su fin, sino encuentran el aliado tecnológico adecuado.
Y es que tal y como alentaba el economista Daniel Lacalle, «el cambio tecnológico no es el futuro sino ya el pasado, por lo que adaptarse debe ser una constante. ¿A qué? No lo sabemos, pero habrá que estar preparado para hacerlo». ¿Estamos en ello?