Altera, uno de los socios de Intel, ha anunciado en su conferencia que el gigante de los procesadores tiene previsto producir los nuevos chips ARM de 64 bits. Así, como pasa con Samsung y Apple, los tradicionales enemigos se unen para hacer negocio. Un vuelvo total de estrategia que cambiar la computación mundial.
Por otro lado, Intel ha realizado en la última década una gran inversión en plantas de fabricación con los procesos tecnológicos más avanzados del mundo, pero que no rinden a tope de producción ante su gran capacidad y el descenso de venta de chips x86, referencia en Intel.
Mientras, los diseños de chips ARM arrasan literalmente en el mercado de embebidos. Tampoco se quedan atrás en el sector de smartphones y tablets, los sectores con más crecimiento en la comunicación/computación mundial.
Con ello en mente, la entrada de Intel en la fabricación de ARM (y también la de AMD) parece un paso obligado de consecuencias impredecibles en la computación mundial. Para empezar, Intel podría fabricar todos los chips de Apple en movilidad, algo que el gigante persigue desde hace años y que permitiría a Apple librarse de Samsung.
Es solo un ejemplo de las consecuencias que puede traer que Intel se lance a fabricar chips ARM. En principio solo para terceros ya que no imaginamos a Intel ofreciendo chips RISC propios en detrimento de sus x86. ¿O sí?
