Que un cliente compre uno u otro móvil tiene que ver con muchos factores. Sus gustos, preferencias, usos y por supuesto, afinidad con una marca o sistema operativo. Pero también repercute la cantidad de fallos móviles que puede dar a la larga, un parámetro que de hecho es un negocio más.
El nicho de las reparaciones y seguros contra accidentes en terminales móviles ha resurgido en España gracias a la alta penetración. Tiendas oficiales o no dedicadas a la reparación son un común dentro y fuera de Internet. Incluso algunas que reparan en 30 minutos.
La explosión de establecimientos dedicados a la reparación viene de la mano de la demanda. Por ejemplo, un 40% de los españoles asegura que se le ha roto la pantalla de su móvil. Y esta es solo una situación a la que se le añaden los problemas propios generados por el software.
La obsolescencia programada es una realidad que está ahí. Creamos en ella o no, los fallos móviles son una realidad más o menos graves pero presentes en todos los terminales. Según un estudio de Blancco Tecnhology Group, el 85% de los fallos móviles provienen de un Android; solo el 15% aparecen en un iPhone.
La conclusión es lógica. El número de smartphones Android es mucho más elevado que el de terminales con iOS, de ahí que su índice de fallo también sea mucho más masivo. Igualmente ocurre con el 27% de los errores provenientes del mayor vendedor de móviles, Samsung. Curiosamente por detrás no está Apple sino Lenovo, Motorola, Xiaomi y Asus.
El 40% de los fallos móviles vienen dados por los 5 problemas más habituales: las cámaras (10%), la función táctil (9%), las baterías (8%), micrófono (6%) y rendimiento (6%).
Fallos móviles van a más en Europa
El negocio de vender smartphones va mucho más allá de ofrecer un terminal por un precio. Los servicios son importantes tanto para dar valor como para maximizar la rentabilidad de los dispositivos con los margenes cada día más bajos.
Contrariamente a lo que pasa en Estados Unidos donde han caídas los fallos móviles, en Europa advierte el estudio que es una tendencia que va a más. Un dato negativo para los consumidores que se puede convertir en una oportunidad de negocio para los vendedores. ¿Lo aprovechas?
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