Pese a que parece que los wearables viven un momento de estancamiento, las previsiones siguen siendo positivas. IDC espera que el crecimiento para este año sea de un 38% hasta los 110 millones de dispositivos ponibles. Para 2019 la cifra alcanzará los 200 millones de unidades.
Los nuevos wearables y marcas que están surgiendo serán los verdaderos dinamizadores del mercado. No obstante, las pulseras, que ya son claves, y relojes inteligentes se llevarán la gran parte de las ventas; 100 millones en 2016. El pasado año se vendieron 72,2 millones en esta categoría.
El auge de nuevas categorías, los nuevos usos y la madurez del mercado harán que otros productos vayan captando la atención. Aún así, para 2016 solo venderán 9,8 millones de unidades de estos, una cifra que será en doble en cuatro años.
El reto del contenido
A medida que los wearables van teniendo más seguidores, el verdadero desafío es conseguir que tanto consumidores como empresas los utilicen. Un reto que pasa por proveer de contenidos a estos productos que todavía están en pañales.
Así lo comentaba Ramon Llamas, director de investigación del equipo de wearables de IDC:
«Salvo excepciones, el ecosistema de aplicaciones en los relojes inteligentes todavía está en los inicios. Vemos grandes retos en este área para desarrollar interfaces más sencillas, aplicaciones para rivalizar con los smartphones, mejorar las conexiones con otros dispositivos».
Precisamente, dotar de contenidos atractivos, infraestructura y funcionalidades a estos dispositivos debe ser el próximo paso para consolidar este nicho. Tampoco nos debemos olvidar de la seguridad que está en entredicho y será clave en la era de Internet de las cosas.
Imagen | Forbes
