El interés por la tecnología dentro de los coches va a más. Después de ver como los coches conectados triunfan por encima de las nuevas altas de smartphones, está claro que la conducción conectada ya es una realidad. Según Gartner, en 2020 habrá más de 220 millones de vehículos conectados en las carreteras.
Los buenos pronósticos hacen que la industria se mueva hacia este terreno. Fabricantes de la automoción como Tesla, Porsche o Toyota ya están plenamente enfocados. Pero no solos únicos. La industria tecnológica ha visto el filón de oportunidades y ya están lanzando una batería de novedades.
Los últimos movimientos
CarPlay y Android Auto, las propuestas de Apple y Android para los coches conectados, están siendo bien acogidas por las marcas automovilísticas. Sin embargo, hace falta mucho más que un sistema de navegación a bordo para entrar de lleno en esta nueva era.
En este sentido, Qualcomm Connected Car Reference es la última propuesta de la casa para el coche autónomo. Con más de 340 millones de chips enviados a 20 fabricantes de automoción, la compañía quiere potenciar este terreno añadiendo funcionalidades de 4G LTE, Wi-Fi y Bluetooth.
Por su parte, Symantec ha preparado la solución de seguridad Symantec Anomaly Detection for Automotive para proteger a los coches conectados de los ataques de día cero avanzados. Así, se podrá identificar de forma temprana ataques y amenazas al sistema informático del vehículo.
Y desde la realidad de los coches conectados, el sector evolucionará hasta los coches autónomos. Google ya ha presentado su propuesta que todavía está en pruebas pero es la antesala de lo que podremos ver. Unos modelos que en 2035 podrían vender 21 millones de unidades o siendo más optimistas, 85 millones.
