La compañía taiwanesa ha reforzado su apuesta por la realidad virtual de una manera que refleja un compromiso claro hacia la misma, y el deseo de HTC de diversificar su área de negocio más allá del sector smartphone, cosa que ciertamente resulta comprensible ya que en ese mercado cada vez le va peor.
Lo último del otrora gigante taiwanés ha sido vender una fábrica que tenía en Shanghái cuya superficie era de 114.000 metros cuadrados, una operación que el ha permitido conseguir un total de 91 millones de dólares que destinará íntegramente a sufragar los gastos de su división dedicada a realidad virtual.
Para que entendamos mejor el valor de esta operación es necesario traer a colación un dato, y es que durante el último trimestre HTC tuvo unas pérdidas de 117 millones de dólares.
¿Qué nos dice esto? Pues en esencia que estamos ante una operación de ajuste para obtener activos de una manera equilibrada que permitirá a la compañía taiwanesa seguir expandiendo su negocio de realidad virtual, un sector en el que como sabemos ha tenido un éxito considerable.
Esta no es la primera vez que HTC vende una de sus fábricas en territorio asiático, basta recordar por ejemplo la venta de otra propiedad en Taiwán por un total de 183 millones de dólares, pero dice mucho de la complicada etapa en la que se encuentra y de las decisiones que sus ejecutivos están teniendo que tomar para ir girando «el timón» sin hacer que el barco empiece a zozobrar.
¿Será la realidad virtual la salvación de una HTC que se mantiene en caída libre en el sector smartphone? Los buenos resultados conseguidos en la primera etapa de su aventura en dicho sector parecen indicar que sí, pero es un mercado muy abierto y la entrada de un nuevo jugador podría acabar poniéndole las cosas complicadas, así que es imposible asegurar nada.
