En este artículo ya tuvimos ocasión de ver que el cierre de tiendas en Estados Unidos ha dado pie a una situación que muchos analistas califican como «la debacle de la tienda física», y lamentablemente la tendencia no sólo continúa sino que además se ha visto agravada.
El último informe que publican desde BusinessInsider confirma que durante las últimas seis semanas se anunció el cierre de unas 2.000 tiendas. Los analistas de Credit Suisse han indicado que se ha producido una aceleración clara en el cierre de tiendas dentro de lo que se conoce como mercados de primer nivel.
Las consecuencias del cierre de tiendas van más allá de las que todos podemos pensar a simple vista, ya que muchas de esas tiendas se integran en centros comerciales y ejercen un efecto de arrastre que ayuda a mejorar el flujo de clientes.
Esto quiere decir que una tienda dedicada por ejemplo a cómics y que tiene su propia clientela puede tener efectos positivos sobre una tienda cercana de videojuegos, y viceversa. Esa es la idea fundamental que define ese efecto de arrastre.
Si la aplicamos a centros comerciales podemos entender perfectamente que el cierre de un comercio pueda tener efectos muy negativos sobre otros comercios, tanto que incluso podría llegar a poner en peligro su viabilidad y a generar un efecto dominó totalmente impredecible.
Las predicciones de Credit Suisse no son nada halagüeñas, ya que en su último informe han confirmado que esperan que durante los próximos cinco años se produzca el cierre de entre el 20% y 25% del total de los Centros Comerciales que existen en Estados Unidos.
