Aunque Samsung es bien conocida por los móviles, la rentabilidad de su negocio está cada vez más en los semiconductores. La división de chips de la casa ha conseguido 8.860 millones de los 12.920 millones de dólares que ha obtenido en beneficios operativos durante el tercer trimestre de 2017.
Siguiendo la tendencia de los últimos balance fiscales, Samsung continúa imparable en el ámbito de proveedor de hardware. Los ingresos de la unidad de chips fueron durante el último trimestre de 2017 de 17.700 millones de dólares, un 51% más que en el mismo intervalo del año anterior.
Tan obvio es el éxito de esta unidad que Samsung lo comenta en su nota de prensa:
«La fuerte demanda de chips de memoria de alto rendimiento para servidores y móviles fue un contribuidor para que la compañía haya obtenido un robusto resultado».
Por ello, la corporación ha confirmado la inversión de 41.000 millones de dólares, la mayor de su historia. Esta cantidad se está utilizando sobre todo en la construcción de nuevas fábricas de creación de chips, así como en la puesta en marcha de salas blancas para hacer estos componentes
En cambio, las cifras de los móviles no son tan espectaculares. Este apartado creció en envíos por el lanzamiento del Galaxy Note 8 y la familia Galaxy J pero disminuyó en ingresos. Aún así, los números subieron que es lo importante, sobre todo, en la antesala de la época navideña donde el líder mundial debe dar la talla ante una desmesurada competencia donde destaca Apple con su iPhone X.
En otro orden, Samsung ha aprovechado para anunciar relevos de portavoces de sus tres principales divisiones de negocio. También ha nombrado como presidente de su junta directiva a su CFO, Lee Sang-hoon y ha comunicado la marca de sus veteranos CEOs, J.K. Shin y Yoon Boo-keun.
